lunes, 17 de enero de 2011

Exigen justicia a un mes del crimen de Marisela Escobedo


En el lugar en el que fue abatida de un tiro en la cabeza la noche del 16 de diciembre, el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, encabezó la Celebración de la Palabra
 
CHIHUAHUA. Entre globos blancos, caras de tristeza, pancartas con las fotos de decenas de mujeres desaparecidas y con fuertes críticas hacia todos los niveles de gobierno, al cumplirse el primer mes del homicidio de Marisela Escobedo cientos de personas se reunieron en las puertas del Palacio de Gobierno, en la capital, para recordar a la activista.

En el lugar en el que fue abatida de un tiro en la cabeza la noche del 16 de diciembre, el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, encabezó la Celebración de la Palabra en la que recordó que el crimen de la luchadora social sigue impune al igual que el de miles de mujeres que han sido desaparecidas, abusadas y asesinadas en el país.

“Estamos aquí donde Marisela murió y su sangre aún clama justicia”, sostuvo el prelado, a quien previamente acompañaron en una marcha silenciosa alrededor de la sede del gobierno integrantes de organizaciones sociales, familiares de los 13 jóvenes asesinados en la comunidad de Creel hace dos años y otros ciudadanos.

“El acceso a la justicia para las mujeres víctimas de la violencia está negado, por eso dio la vida Marisela exigiendo justicia para su hija Rubí. Para el estado, las mujeres son desechables y a los asesinos de ellas los cobija la impunidad. Las mujeres sufren violaciones, violencia familiar, desapariciones de niñas y nadie investiga”. Vera leyó un comunicado en el que apoyó varias propuestas de activistas locales, como establecer una alerta de género en Chihuahua y que se tomen medidas para frenar violaciones a los derechos humanos por parte de los cuerpos policiacos y del Ejército.

Representantes de Nuestras Hijas de Regreso a Casa tomaron la palabra para denunciar que los homicidios de adolescentes se siguen registrando, particularmente en Ciudad Juárez, y las autoridades estatales y federales no han dado respuesta a sus demandas de justicia.

En el acto, también se recordó que sigue sin resolverse el asesinato de 13 personas en la comunidad de Creel, ocurrido el 18 de agosto de 2008. Por lo que se colocaron placas con los nombres de cada uno de ellos en una cruz que se ubica frente al Palacio, a un costado del monumento dedicado a las mujeres asesinadas en Chihuahua, en el que el obispo Vera agregó un papel con el nombre de Susana Chávez, activista en contra de la violencia de genero y que fue privada de la vida la semana pasada.

Luego del evento se celebró una misa en el templo de San Francisco, que fue encabezada por el arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda, quien se abstuvo de hacer comentarios sobre el crimen de Marisela Escobedo o la inseguridad, y pidió a Vera que diera el sermón.

Sostuvo que le parecía una “sospechosa casualidad” que las autoridades de Chihuahua detuvieran a tres menores por el homicidio de Susana Chávez, ya que, dijo, es sabido que los adolescentes son fáciles de manipular para que acepten crímenes que no cometieron. Refirió que cada vez hay más riesgos para quienes luchan por los derechos humanos.

Me sumo a la demanda de parar la masacre: obispo Vera López

Encabeza misa en memoria de la activista Marisela Escobedo

Miroslava Breach Velducea
Corresponsal

Chihuahua, Chih., 16 de enero. “Asumo su exigencia de que se ponga un alto a la masacre propiciada por la corrupción que dejaron crecer y de la que son cómplices los tres niveles de gobierno”, dijo ante cientos de personas el obispo Raúl Vera López, al oficiar una misa en la puerta principal del palacio de gobierno, donde el 16 de diciembre fue ultimada Marisela Escobedo en el octavo día de protesta por el impune asesinato de su hija adolescente Rubí Marisol Frayre, cometido en 2008.

Chihuahua vive una “emergencia humanitaria” por la violencia que dejó 5 mil 212 muertos en 2010, de los cuales 442 fueron mujeres, indicó el prelado titular de la diócesis de Saltillo, Coahuila, quien primero encabezó una reducida marcha desde la Catedral y luego ofició la ceremonia religiosa ante las puertas abiertas de la sede oficial, flanqueado por los sacerdotes locales Javier Ávila y Camilo Daniel.

“Me sumo a sus exigencias de poner alto a la violencia contra las mujeres y de que se establezca la alerta de género; así como al reclamo de frenar las violaciones de derechos humanos cometidas por los cuerpos policiacos y el Ejército, que incluyen desapariciones forzadas y uso de la tortura como método para extraer información o arrancar confesiones”, añadió Vera en la homilía celebrada en memoria de Marisela Escobedo al cumplirse un mes de su asesinato.

También dijo que las masacres perpetradas por grupos paramilitares en Creel y Ciudad Juárez tienen signos tanto de limpieza social como de complacencia oficial. Exigió poner en marcha un programa eficaz ante la emergencia humanitaria, y censuró que las autoridades respondan a la situación con una “criminalización de la protesta complementada con represión, hostigamiento, amenazas y campañas de desprestigio bajo el argumento de que se lucra con el dolor humano”.

Vera sostuvo que son los niños, niñas, jóvenes y mujeres las personas más vulnerables en esta guerra “atroz e inútil”, y tras la misa firmó un pronunciamiento con las exigencias de las organizaciones sociales y familiares de las víctimas. Luego cruzó la calle, colocó el nombre de la recién asesinada Susana Chávez en uno de los clavos de la cruz erigida en la Plaza Hidalgo para condenar los feminicidios, y atestiguó la inscripción de los muertos de Creel en la cruz vecina, que es más pequeña.

Mujeres Nobel de la Paz condenan asesinatos de activistas en Juárez

Crímenes de Chávez y Escobedo no son hechos aislados, señalan en un pronunciamiento seis laureadas.

Víctor Ballinas

México, DF. Organizaciones de mujeres, de defensa de derechos humanos y defensoras sociales dieron a conocer el pronunciamiento de seis mujeres laureadas con el premio Nobel de la paz quienes manifiestan su consternación por el asesinato de Marisela Escobedo y acusan que “como lo reconoció la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) en su sentencia contra el Estado mexicano por el asesinato de mujeres en Ciudad Juárez, el Estado ha mantenido una política de cultura de discriminación en contra de las mujeres, causa principal que genera el feminicidio y su impunidad”.

Las Nobel de la paz que firman el pronunciamiento son Betty Williams, Mairead Corrigan, Rigoberta Menchú, Jody Williams, Shirin Ebadí y Wangari Maathai, quienes condenan el asesinato de la defensora y sostienen que no es un hecho aislado la violencia en contra de defensoras de derechos humanos que valientemente luchan contra el feminicidio en Ciudad Juárez.

Asimismo las organizaciones que integran la campaña regional por el acceso a la justicia para las mujeres víctimas de violencia y feminicidio entregarán un carta dirigida a Felipe Calderón, al gobernador de Chihuahua y al presidente municipal de Ciudad Juárez, donde les exigen investigación inmediata por los asesinatos de Susana Chávez y Marisela Escobedo, la reaprehensión del asesino de Rubí Escobedo y el cumplimiento de la sentencia de la CoIDH.

También anunciaron que se realizan mítines en varias embajadas ubicadas en México exigiendo justicia, alto a la impunidad y a la simulación.