lunes, 16 de febrero de 2015

Lilia Alejandra García Andrade: contra la impunidad y el olvido


CONTRA LA IMPUNIDAD Y EL OLVIDO. Al rescate de la memoria histórica. Tenemos derecho a conocer nuestra historia y los hechos ocurridos en cada lugar que pisamos. Durante años se ha intentado invisibilizar y minimizar el feminicidio... y aunque fueron asesinadas, ellas, nuestras hijas, las de ustedes, las de todxs, vivirán mientras las nombremos, y más aún cuando la justicia está ausente.

NORMA ANDRADE Está colocando con otras madres y padres, memoriales que explican Qué pasó, en cada lugar de Ciudad Juárez donde fueron encontrados los restos de cada niña o mujer víctima de feminicidio. El primer memorial se conlocó el día de hoy en el predio donde Lilia Alejandra García Andrade fue encontrada después de una semana en que fue secuestrada, torturada y asesinada. NI PERDÓN NI OLVIDO!


A la CIDH, caso de feminicidio de hija de Norma Andrade

Norma Andrade sostiene la foto de su hija Lilia Alejandra García Andrade, desaparecida el 14 de Febrero de 2001. Foto: Amnistía Internacional
Norma Andrade sostiene la foto de su hija Lilia Alejandra García Andrade, desaparecida el 14 de Febrero de 2001.
Foto: Amnistía Internacional
CHIHUAHUA, Chih. (proceso.com.mx).- Catorce años después de su desaparición y asesinato, el caso de la joven Lilia Alejandra García Andrade está por llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dio a conocer su madre, la activista Norma Esther Andrade.
Andrade regresó este 14 de febrero a Ciudad Juárez junto con sus nietos Jade y Caleb, hijos de Lilia Alejandra, para conmemorar un aniversario más de la tragedia que cambió sus vidas.
Acompañados de madres de otras jóvenes desaparecidas o asesinadas en Juárez, los tres distribuyeron paletas con la imagen de Lilia Alejandra y mensajes preventivos dirigidos a las mujeres juarenses.
Lilia Alejandra García tenía 17 años cuando desapareció en el centro de Juárez el 14 de febrero de 2001.
Hoy su familia asistió a una celebración eucarística y posteriormente acudió al lugar donde fue encontrado su cuerpo, tres días después de su desaparición, en las avenidas Heroico Colegio Militar y Tecnológico.
“Ahí colocamos una mampara con la imagen de mi hija, en el predio donde localizaron el cuerpo, para iniciar la campaña ‘¿Quieres saber qué pasó aquí?’ Colocamos una semblanza de ella con un reclamo de justicia para hacer un recuento histórico de todo lo que aún sucede en la ciudad, para las siguientes generaciones”, dijo Norma Andrade.
Convertida en activista, Jade, de 15 años, señaló que el mensaje que llevaron a otras jóvenes juarenses es que tengan cuidado con el uso de las redes sociales porque es otra herramienta que usan los criminales para raptar mujeres.
“Ya son 14 años, creo que ahora sigue siendo más de lo mismo, hay demasiadas desaparecidas, demasiada negligencia, demasiada deficiencia por parte de las autoridades. A Juárez se le sigue dando atole con el dedo”, consideró Norma Andrade.
Agregó que a 14 años de la muerte de su hija las cosas han sido muy difíciles, principalmente para los niños, porque a pesar de se han adaptado a la ciudad y a la escuela donde están actualmente (en Estados Unidos), “es difícil porque es un cambio muy brusco”.
Andrade explicó que la familia se fragmentó, ya que algunos integrantes viven en el centro del país, otros en Estados Unidos y otros más se quedaron en Juárez.
La activista sufrió un atentado en febrero de 2012 y ha recibido amenazas por buscar justicia para Lilia Alejandra. También su otra hija, Malú García Andrade, ha sido amenazada, y durante años ha vivido resguardada por agentes federales.
Aunque Andrade perdió la elasticidad en uno de sus brazos, luego del atentado, indicó que la mayor afectación para ella y su familia ha sido la psicológica.
Tanto la muerte de Lilia Alejandra García como el atentado contra Norma Andrade continúan impunes y no hay personas detenidas.
“A raíz del atentado tengo problemas de salud, soy hipertensa y diabética, enfermedades que no tenía. Aparte tenemos que ir al psiquiatra toda la familia. Los niños acuden dos veces por semana con el psicólogo y una vez al mes con el psiquiatra. Todo esto marca”, agregó.
Señaló que para sus nietos, quienes se convirtieron de manera abrupta en sus hijos, ha sido difícil principalmente por la edad que viven ahora, comentó Andrade.
“Los dos viven con restricciones, se vive con miedo de perder no sólo a Jade sino también a Caleb, es difícil para ellos perder su libertad, ellos quisieran tener toda la libertad del mundo y no la tienen, para todo tenemos protocolos”, explicó la activista.
En el caso de Jade, Norma Andrade afirmó que ella misma dice: “Yo sé que por tener el cuerpo que tengo, estoy en peligro de muerte”.
En esta ocasión la familia regresó a Juárez para asistir también a una reunión más del caso de Lilia Alejandra, programada para mañana en la Fiscalía Zona Norte.
El caso de la joven fue aceptado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y sólo falta que esa instancia emita los resultados para que se turne a la Corte Interamericana en Costa Rica.