domingo, 4 de diciembre de 2011

Proteger a Norma Esther Andrade, demanda social en Chihuahua

  • La fundadora de grupo antifeminicidio está hospitalizada tras recibir cinco balazos
  • La CNDH y Amnistía Internacional condenan el ataque; temen que se produzca otro atentado
  • Sepultan los restos de una estudiante de 15 años, quien desapareció en 2008 en Ciudad Juárez
 
Rubén Villalpando
Corresponsal
Periódico La Jornada
Ciudad Juárez, Chih., 3 de diciembre. Las comisiones nacional y estatal de derechos humanos, así como organizaciones sociales exigieron al estado de Chihuahua que proteja a Norma Esther Andrade, fundadora de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa (NHRC), quien está hospitalizada tras recibir cinco balazos el viernes pasado.
 
La exigencia incluye que se dé protección a su familia y a los defensores de garantías individuales en Ciudad Juárez.

La Red Nacional de Organismos Civiles Todos los Derechos para Todas y Todos –que agrupa a más de 70 asociaciones de derechos humanos de 22 estados– subrayó que, aunque el ataque sucedió durante un supuesto intento de robo, la agredida ya había recibido varias amenazas de muerte.

Norma Esther Andrade es madre de Lilia Alejandra García, víctima de feminicidio en febrero de 2001, y de María Luisa García, quien tuvo que salir de Ciudad Juárez por amenazas en su contra.

Al enterarse del atentado, María Luisa García declaró vía telefónica que los agresores de su mamá “son los mismos que me amenazaron, ligados directamente al cártel de Juárez”.

En un pronunciamiento, la Red Todos los Derechos para Todas y Todos anotó: Hemos insistido a las autoridades federales y estatales sobre la situación de riesgo para todas las defensoras y defensores de derechos humanos del país. Los hechos ocurridos ayer (viernes) no son aislados; por tanto, exigen un plan integral y no acciones aisladas.

Demandan investigación

Por separado, Amnistía Internacional (AI) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) también condenaron el ataque y no descartaron la posibilidad de otro atentado contra Andrade.

“Es esencial –subrayó la asociación con sede en Londres– que se investigue de forma imparcial y eficaz este incidente, [...] dada la serie de amenazas que ha habido contra Norma Andrade y otras integrantes de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa.”
En tanto, la Fiscalía General del Estado en la zona norte informó que se investigará la agresión contra Norma Andrade, quien tiene lesiones en tórax y un brazo, mientras la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), en un comunicado, condenó enérgicamente la agresión.

La fiscalía difundió el relato de Norma Andrade donde detalló que al salir de su domicilio y dirigirse a su auto, un sujeto de aspecto cholo (pandillero) se le acercó y sacó una arma de fuego. Tras un forcejeo el agresor le disparó. Refirió que hace años participó en la fundación de la agrupación NHRC, pero que actualmente no es activista.

Funeral de otra víctima

Por otra parte, organizaciones como Justicia para Nuestras Hijas y el Centro de Derechos Humanos Paso del Norte informaron que este sábado se efectuó el funeral de Adriana Sarmiento Enríquez, de 15 años, quien desapareció en enero de 2008, cuando se dirigía a la preparatoria, en Ciudad Juárez, y sus restos fueron encontrados en noviembre de 2009.

En julio pasado, la Fiscalía General de Justicia de Ciudad Juárez obtuvo los resultados de estudios que confirmaban que los restos encontrados dos años antes eran de Adriana. Sin embargo, la instancia ocultó la información. Gracias a una publicación, la familia detectó que los restos se encontraban en el Servicio Médico Forense, y al confrontar a las autoridades, éstas no tuvieron más opción que reconocer que se trataba de Sarmiento Enríquez y que lo sabían desde hacía meses.

Las organizaciones de derechos humanos dijeron que es inadmisible y cruel que el gobierno del estado engañe a las madres que tienen hijas desaparecidas, ocultando sus cuerpos. Para Norma Ledezma, coordinadora de Justicia para Nuestras Hijas, la indignación, la rabia, la tristeza, dolor e impotencia, son algunos de los sentimientos mezclados en la familia de Adriana.