viernes, 30 de abril de 2010

Mujeres de Arena - Guadalajara, Jalisco

MUJERES DE ARENA

Testimonios de mujeres de Cd. Juárez
Martes 4, 11, 18 y 25 de mayo, 8:30 p.m.
Centro cultural Dr. Jaime Torres Bodet

España # 2020

Te invitamos a aportar un juguete no bélico, ni de pilas, o algún artículo de arte como pinturas, acuarelas, pinceles, plastilinas etc. como apoyo a la fundación Nuestras Hijas de Regreso a Casa en Cd. Juárez, cuya misión es ayudar a los hijos(as) de las víctimas mediante talleres de pintura, manualidades, danza etc., también queremos apoyar a los niños en el Hospital Civil Viejo hospitalizados en el área de urgencias pediátricas a causa de violencia intrafamiliar, solidarizate contra la violencia, ¿qué esperas?

No faltes, recuerda son sólo 4 funciones !!!!!

Protestan por absolución de feminicidio en CJ

Activistas y familaires de Rubí Marisol Frayre Escobedo, joven asesinada en Juárez, exigen que que se revise el proceso de libertad del supuesto responsable
NI UNA MÁS... Deudos de víctimas piden que se realice un informe anual sobre feminicidios (Foto: Archivo ELUNIVERSAL )

Mario H. Silva / corresponsal
El Universal
CIUDAD JUÁREZ Viernes 30 de abril de 2010

Activistas de Organismos No Gubernamentales (ONG) y familiares de mujeres que han sido asesinadas protestaron este día en la Subprocuraduria de Justicia en la zona norte ante lo que consideraron, existe una total "ausencia de investigación" de decenas de casos que se mantienen que no han sido resueltos y que se encuentran en el limbo jurídico.

Los grupos de activistas que lanzaron consignas, exigieron además el cumplimiento a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contra el Estado mexicano en el sentido de adecuar el Protocolo Alba, o en su defecto implementar un nuevo dispositivo análogo (de búsqueda de mujeres desaparecidas) y la rendición de un informe anual, como fue determinado

Además los representantes de ONG's dieron su respaldo a los familiares de la asesinada joven de 16 años, Rubí Marisol Frayre Escobedo, quienes exigen sea revisada la sentencia de absolución otorgada al presunto asesino, Sergio Rafael Barraza Bocanegra.
Insistieron en que la autoridad informe en forma específica y diligente acerca de las investigaciones que realiza en casos de desaparición y se inicien las indagaciones en otros tantos asesinatos y ausencia de mujeres.
A la protesta acudieron miembros del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres A.C.; Justicia para Nuestras Hijas A. C.; Comisión de Solidaridad y Derechos Humanos A. C.; Centro de Derechos Humanos Paso del Norte A. C.; Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez A. C.; y Casa Amiga, entre otras organizaciones.

lunes, 26 de abril de 2010

Guatemala supera a Ciudad Juárez en la cifra de muertes violentas de mujeres

Buscan acciones efectivas para frenar el feminicidio
Entre 2003 y 2009 el feminicidio en Centroamérica se duplicó, segun el Commca

Guatemala alcanza el mayor índice con 5.027 homicios de 2000 a 2009

En Ciudad Juarez más de 300 mujeres y niñas fueron masacradas en 2009

Agencias
Panamá

El Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica (Commca) solicitará a los presidentes de los países de la región acciones efectivas para evitar que se repita el fenómeno de Ciudad Juárez como símbolo del feminicidio, brutalidad e impunidad en Latinoamérica.
La secretaria presidencial de la Mujer de Guatemala Sonia Escobedo, con rango de ministra, ha recalcado que es necesario el diseño de estrategias y políticas públicas para tratar de frenar el feminicidio y a los mecanismos sociales y culturales que incuban la violencia machista.
Las cifras del feminicidio

Según datos manejados por el Commca, entre 2003 y 2009 el número de feminicidios en Centroamérica y la República Dominicana "prácticamente se duplicó", ya que pasaron de un total de 1.006 a registrarse unos 2.000, en tres países del área.
Guatemala es el país centroamericano que alcanza un mayor índice de asesinatos femeninos, con 5.027 homicidios contabilizados desde el año 2000 hasta 2009. Así el país supera a Cuidad Juarez con una cifra aproximada de 600 homicidios por año, 100 más que en la urbe mexicana. Es más, los especialistas están francamente alarmados porque la mayoría de estos crímenes no recibe ningún tipo de castigo. Muchos de ellos ni siquiera se investigan.
Acciones que protejan a las mujeres

Al respecto la dominicana Miosotis Rivas, secretaria Técnica de la Mujer, señaló que existen leyes que castigan el crímen en todos los países, pero advirtió que es necesario aplicar acciones que protejan a las mujeres de la acción criminal, incluida la de grupos organizados.
Rivas manifestó que son indispensables los esfuerzos para evitar que Centroamérica copie los patrones violentos de Ciudad Juárez, en México, donde más de 300 mujeres y niñas fueron asesinadas con saña en 2009, en medio de un clima de impunidad y falta de seguridad.

domingo, 18 de abril de 2010

Publica sentencia CoIDH sobre caso del "Campo Algodonero"

México D.F., 10 de diciembre de 2009 (Cencos).-La Corte Interamericana de Derechos Humanos concluyó esta tarde respecto al caso del Campo Algodonero, sobre los asesinatos de Claudia Ivette González, Laura Berenice Ramos Monárrez y Esmeralda Herrera Monreal que el Estado mexicano cometió las siguientes violaciones a los derechos humanos consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José) y en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres:

Violación de los derechos a la vida, integridad personal y libertad personal reconocidos en los artículos 4.1, 5.1, 5.2 y 7.1 de la Convención Americana de Derecho Humanos (Pacto de San José), en relación con la obligación general de garantía y la obligación de adoptar disposiciones de derecho interno contemplada en el artículo 2 de la misma, así como con las obligaciones contempladas la Convención Belém do Pará, en perjuicio de Claudia Ivette González, Laura Berenice Ramos Monárrez y Esmeralda Herrera Monreal,

El Estado incumplió con su deber de investigar -y con ello su deber de garantizar- los derechos a la vida, integridad personal y libertad personal, consagrados en los la Convención Americana (Pacto de San José) en relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma y con el artículo 7.b y 7.c de la Convención Belém do Pará.

Por los mismos motivos, el Estado violó los derechos de acceso a la justicia y protección judicial, establecidos en la Convención Americana, en relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma y la Convención Belém do Pará, en perjuicio de: Irma Monreal Jaime, Benigno Herrera Monreal, Adrián Herrera Monreal, Juan Antonio Herrera Monreal, Cecilia Herrera Monreal, Zulema Montijo Monreal, Erick Montijo Monreal, Juana Ballín Castro, Irma Josefina González Rodríguez, Mayela Banda González, Gema Iris González, Karla Arizbeth Hernández Banda, Jacqueline Hernández, Carlos Hernández Llamas, Benita Monárrez Salgado, Claudia Ivonne Ramos Monárrez, Daniel Ramos Monárrez, Ramón Antonio Aragón Monárrez, Claudia Dayana Bermúdez Ramos, Itzel Arely Bermúdez Ramos, Paola Alexandra Bermúdez Ramos y Atziri Geraldine Bermúdez Ramos, de conformidad con los párrafos 287 a 389 de la presente Sentencia.

El Estado violó el deber de no discriminación contenido, en relación con el deber de garantía de los derechos a la vida, integridad personal y libertad personal, consagrados en perjuicio de Laura Berenice Ramos Monárrez, Esmeralda Herrera Monreal y Claudia Ivette González; así como en relación con el acceso a la justicia en perjuicio de Irma Monreal Jaime, Benigno Herrera Monreal, Adrián Herrera Monreal, Juan Antonio Herrera Monreal, Cecilia Herrera Monreal, Zulema Montijo Monreal, Erick Montijo Monreal, Juana Ballín Castro, Irma Josefina González Rodríguez, Mayela Banda González, Gema Iris González, Karla Arizbeth Hernández Banda, Jacqueline Hernández, Carlos Hernández Llamas, Benita Monárrez Salgado, Claudia Ivonne Ramos Monárrez, Daniel Ramos Monárrez, Ramón Antonio Aragón Monárrez, Claudia Dayana Bermúdez Ramos, Itzel Arely Bermúdez Ramos, Paola Alexandra Bermúdez Ramos y Atziri Geraldine Bermúdez Ramos.

El Estado violó los derechos del niño, consagrados en el artículo 19 de la Convención Americana (Pacto de San José).

El Estado violó el derecho a la integridad personal ,consagrado en el Pacto de San José, por los sufrimientos causados a Irma Monreal Jaime, Benigno Herrera Monreal, Adrián Herrera Monreal, Juan Antonio Herrera Monreal, Cecilia Herrera Monreal, Zulema Montijo Monreal, Erick Montijo Monreal, Juana Ballín Castro, Irma Josefina González Rodríguez, Mayela Banda González, Gema Iris González, Karla Arizbeth Hernández Banda, Jacqueline Hernández, Carlos Hernández Llamas, Benita Monárrez Salgado, Claudia Ivonne Ramos Monárrez, Daniel Ramos Monárrez, Ramón Antonio Aragón Monárrez, Claudia Dayana Bermúdez Ramos, Itzel Arely Bermúdez Ramos, Paola Alexandra Bermúdez Ramos y Atziri Geraldine Bermúdez Ramos, en los términos de los párrafos 413 a 424 de la presente Sentencia.

El Estado violó el derecho a la integridad personal, consagrado en el artículo 5.1 y 5.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, por los actos de hostigamiento que sufrieron Adrián Herrera Monreal, Benita Monárrez Salgado, Claudia Ivonne Ramos Monárrez, Daniel Ramos Monárrez, Ramón Antonio Aragón Monárrez, Claudia Dayana Bermúdez Ramos, Itzel Arely Bermúdez Ramos, Paola Alexandra Bermúdez Ramos y Atziri Geraldine Bermúdez Ramos, por los actos de hostigamiento que sufrieron, en los términos de los párrafos 425 a 440 de la presente Sentencia.

Especificidades y conclusiones del fallo:

La CoIDH usó la expresión “homicidio de mujer por razones de género”, también conocido como feminicidio.

La Corte concluye que las jóvenes González, Ramos y Herrera fueron víctimas de violencia contra la mujer según la Convención Americana y la Convención Belém do Pará. Por los mismos motivos, el Tribunal considera que los homicidios de las víctimas fueron por razones de género y están enmarcados dentro de un reconocido contexto de violencia contra la mujer en Ciudad Juárez.

AQUÍ LA SENTENCIA

Centro Nacional de Comunicación Social

martes, 13 de abril de 2010

Abogados denuncian la impunidad de los feminicidios en Ciudad Juárez

Critican al Estado
Foto: ReutersMADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
Varios abogados de las familias de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, en el estado mexicano de Chihuahua, denunciaron este martes que los numerosos '"feminicidios" que se cometen en esta ciudad, clasificada como una de las más violentas del mundo, son el resultado de la impunidad y la tolerancia social que existen allí.
Los abogados mexicanos David Peña y Karla Micheel Salas, que han representado a las víctimas en el caso Campo Algodonero, señalaron además la inacción del Estado a la hora de hacer frente a estos crímenes. En este sentido, Micheel lamentó que, después de 16 años, el Gobierno "sigue negando que exista el feminicidio", como homicidio o asesinato de mujeres "por el hecho de ser mujeres".
En un acto organizado por la Fundación del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), Peña afirmó que la impunidad lanza "un mensaje de permisividad" que, unido a la tolerancia social de la que gozan este tipo de crímenes, ha hecho que en Ciudad Juárez se matara en 2009 a 184 mujeres y que desaparecieran otras 29, aunque más bien habría que hablar de niñas, precisó, porque la mayoría son menores de edad.
Además, el año pasado se contabilizaron unos 2.200 asesinatos. El abogado destacó que esto ocurre en una ciudad de en torno a 1.200.000 habitantes, por lo que el índice de violencia es muy alto si se compara con otros lugares de México. Y pese a ello, "no hay reacción ante esta masacre", subrayó.
La tolerancia social de los feminicidios se debe a que desde principios del siglo XX se han aceptado y se han justificado en Ciudad Juárez, que se encuentra en la frontera con Estados Unidos, los distintos tipos de tráfico ilícito --de alcohol, de marihuana, etcétera-- y, en general, las prácticas ilegales, como el narcotráfico, según Peña.
"Así, en los años 90 también se aceptan los asesinatos de mujeres", prosiguió. Cuando aparece una mujer muerta, se justifica diciendo que era "mala", que era una prostituta o que traficaba con droga, afirmó Peña, que añadió que estos "prejuicios" y "estereotipos sociales" también los tienen muchos miembros del sistema policial y judicial que investigan estos crímenes.
MENOR FUERZA DEL ESTADO
Peña señaló que a medida que ha ido aumentando la tolerancia social, "la fuerza del Estado se ha ido reduciendo", de manera que tiene menos capacidad de controlar y sancionar. Y esto lo saben quienes matan a las mujeres en Ciudad Juárez, que ejercen una "violencia extrema" en sus cuerpos --que aparecen torturados, con señales de abuso sexual o mutilados--.
Esto, dijo, es "un mensaje de los grupos de poder", que manifiestan así que tienen la "complicidad" del Estado para hacer lo que hacen o bien indican que son representantes del Estado los que matan a las mujeres porque saben que saldrán impunes.
Asimismo, el abogado hizo hincapié en la cuestión de las desapariciones, cuya cifra "se pierde" entre la de los asesinatos y homicidios porque las autoridades no las consideran un delito al presuponer, por lo general, que la chica ha desaparecido voluntariamente. Por lo tanto, no se investiga.
También aparece un problema cuando las autoridades, como está ocurriendo últimamente, presentan los feminicidios como casos relacionados con la delincuencia organizada, porque entonces, aseguró Peña, "todos los derechos quedan supeditados al fin superior" de la lucha contra el crimen organizado. Significa que las partes en un juicio no pueden acceder al expediente del inculpado o conocer las acciones de la Fiscalía, así que "no se puede exigir justicia", aseveró.
Peña concluyó que el Gobierno mexicano "no ha sido capaz" de "atender íntegramente" el fenómeno de los feminicidios, ya que ni ha establecido una política de prevención ni está sancionando adecuadamente a los responsables.
Ante la eterna pregunta de quién mata a las mujeres en Ciudad Juárez, el abogado dijo que "cualquiera puede" hacerlo gracias a la impunidad que reina. Así, comentó que el perfil de los asesinos puede haber ido cambiando a lo largo de los años "por el efecto 'copycat', al ver el valor que se le da a la mujer en términos policiales", de forma que pueden ser delincuentes comunes, asesinos en serie, agentes del Estado o incluso soldados estadounidenses de un centro militar cercano, según las distintas especulaciones que se han hecho.
CASO CAMPO ALGODONERO
Micheel se refirió en concreto al caso Campo Algodonero, por el que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el pasado noviembre al Estado mexicano en relación con la muerte de ocho mujeres en Ciudad Juárez --aunque cinco de los cadáveres no fueron identificados a tiempo para presentar la acusación--. Esta sentencia determina que el Estado mexicano es responsable de los hechos ocurridos por no haber realizado las investigaciones adecuadas sobre estos asesinatos cometidos en noviembre de 2001.
La abogada habló de los errores a la hora de identificar los cuerpos de las víctimas y de cómo las autoridades "encubrieron a los verdaderos responsables" y encarcelaron a dos personas a las que presentaron como culpables. Además, dijo, los abogados y las familias de las víctimas recibieron amenazas, según la CIDH, por parte del Estado.
La CIDH determinó que la violencia contra las mujeres es una "violación de los Derechos Humanos" y "un asunto de Estado", por lo que es responsabilidad del Gobierno erradicarla. Igualmente, detalló Micheel, el tribunal consideró que el de Campo Algodonero no es un caso aislado y que esto se debe a que en Ciudad Juárez "hay una cultura de violación y discriminación basada en el género".
Este órgano judicial de la Organización de Estados Americanos (OEA) determinó que "la impunidad es la causa de la continuidad" de los feminicidios y que, ante la violencia de género, todos los Estados deben "enviar un mensaje a la sociedad de que estos crímenes no serán permitidos; y a las mujeres, el mensaje de que van a ser protegidas", recordó la abogada.
Micheel recalcó que aunque la CIDH no mencionó en ningún momento el término "feminicidio", sí admitió que a las mujeres las matan por motivos distintos que a los hombres, de lo que se deriva, dijo, que "a las mujeres nos matan por se mujeres" y que "estamos hablando de crímenes de odio".
Entre las obligaciones que ha impuesto la CIDH a México --cuyo cumplimiento irá evaluando anualmente durante tres años--, está la de volver a encauzar las investigaciones y castigar a los responsables de los crímenes, tanto quienes los cometieron como los funcionaros que no actuaron como debieron.
Asimismo, deberá capacitar a policías, jueces, fiscales y otros funcionarios para casos de violencia de género, crear un banco de datos nacional con las mujeres y niñas desaparecidas y emprender acciones que no tengan efectos no sólo restitutivos --para las víctimas-- sino correctivos, para que no se repitan los hechos.
ABOGADOS Y ACTIVISTAS ACOSADOS
El acto en el que intervinieron Peña y Micheel, miembros de la Asociación Nacional de Abogados Demócratas (ANAD), lo organizó la Fundación del CGAE como reivindicación de los abogados como defensores de los Derechos Humanos.
Peña opinó que "la defensa de los Derechos Humanos y la abogacía" se han convertido en "profesiones de riesgo" porque "empoderan a las víctimas". Aun así, "hay que seguir exigiendo justicia para seguir avanzando", agregó.
Otra abogada mexicana, Alba Cruz, que ha trabajado sobre todo en el estado de Oaxaca, aseguró que "defender los Derechos Humanos en México es sinónimo de vulnerabilidad y riesgo" y que "el Estado ha permitido" el "hostigamiento" que sufren quienes los defensores.
Un caso que ilustra esta situación es el asesinato en Ciudad Juárez, a principios del pasado enero, de Josefina Reyes, activista social que había denunciado violaciones de los Derechos Humanos por parte del Ejército y la Policía.

domingo, 11 de abril de 2010

Superan los feminicidios en Toluca a los de Juárez


El Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI) revela que en más de 80 municipios mexiquenses la tasa de homicidios dolosos contra mujeres es superior a la media nacional.
Cada vez se registran más casos. Foto: Archivo

El Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI) revela que en más de 80 municipios mexiquenses la tasa de homicidios dolosos contra mujeres es superior a la media nacional y en Toluca y Naucalpan los índices son superiores a los de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Lo anterior fue denunciado por la diputada local Mónica Fragoso Maldonado al detallar que en la capital del Estado de México se cometen 12.2 homicidios dolosos por cada 100 mil mujeres y en Naucalpan 7.3 por ese mismo universo. Sin embargo, la tasa en Ciudad Juárez es de 4.8.
Refirió que la Encuesta de Victimización del ICESI ubicó al estado como una de las tres entidades federativas en las que más delitos se cometieron, sin que por ello la densidad poblacional constituya un argumento válido que justifique esta posición.
De igual modo, otras organizaciones no gubernamentales como el Observatorio Ciudadano del Feminicidio, señalan que de enero de 2007 a diciembre de 2009 ocurrieron en el estado 556 homicidios contra mujeres y niñas, de éstos, 89 fueron cometidos en el último año.
“Esto sólo denota la incapacidad e ineficiencia para combatir el crimen, sobre todo cuando el presupuesto de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México en los últimos cinco años se ha triplicado, ya que en 2005 le fueron asignados cerca de 907 millones de pesos y el ultimo año más de 2 mil 200 millones de pesos”.
La legisladora albiceleste agregó que en otros delitos, las estadísticas demuestran que actualmente en el Estado de México se lleva el primer lugar nacional en secuestros, dejando atrás al Distrito Federal, que tiene 151, y a Baja California, con 102.
“De acuerdo al Sistema de Seguridad Pública, las entidades que destacan por tener los más altos registros de averiguaciones previas por el delito de secuestro en 2009 son el Estado de México con 136, Baja California con 115 y Michoacán con 88”.
En cuanto a los ejecutados, aseveró que la mayoría de las víctimas presentan el "tiro de gracia" o la mutilación de algún miembro del cuerpo y casi siempre aparecen con un mensaje escrito sobre una cartulina dejada a un costado del cuerpo.
Finalmente, la también pro-secretaria de la Comisión Legislativa de Administración y Procuración de Justicia del Congreso local, aseguró que nuestra entidad es a nivel nacional la que registra el mayor número de denuncias interpuestas por extorsiones y que en 2008 se detectaron 11 mil 318.

miércoles, 7 de abril de 2010

La ola de 'feminicidios' de Ciudad Juárez se extiende por Centroamérica

WALDA BARRIOS-KLEE Activista a favor de la mujer en Guatemala


ANNA-MARIA HOLLAIN - Madrid - 07/04/2010
Sólo durante 2009, en Guatemala fueron asesinadas 847 mujeres. En los últimos 10 años, han muerto de manera violenta 5.027 guatemaltecas. Y en lo que va de año, ya suman 160. No se trata de violencia doméstica a puerta cerrada, sino de mujeres que son torturadas y asesinadas en lugares públicos, casi siempre por desconocidos. Walda Barrios-Klee (1951, Ciudad de Guatemala), consejera asesora de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas, constata una realidad preocupante en una entrevista concedida a EL PAÍS en el marco de un seminario internacional sobre feminicidios en Guatemala y México, celebrado ayer en la Casa de América de Madrid. "¿Por qué fue famoso el caso de Ciudad Juárez? Porque allí empezaron. Pero de allí comienza a pasar en toda Centroamérica y en toda la región. Ya es una patología social", asegura.

Desde 2008, la legislación del país centroamericano reconoce el delito del feminicidio: el asesinato de mujeres por el simple hecho de serlo, motivado por el odio y la misoginia. "Los feminicidios están considerados como crímenes impersonales. El que mata a la mujer no tiene ninguna relación con ella. Es un crimen anónimo. El que asesina no conoce a la víctima y la mata por el hecho de ser mujer. Es lo nuevo del fenómeno", resalta Barrios.
Otro factor distintivo es la brutalidad empleada antes y después de la muerte de la víctima. "No se mata únicamente, sino que se persigue todo un ritual en el asesinato: tortura, mutilación y violación. Hay violación siempre, acompañada por un sadismo excesivo", precisa. Los cadáveres aparecen a menudo descuartizados, con las uñas arrancadas y la cara desfigurada.
La consejera, que fue candidata a la vicepresidencia de Guatemala en 2007, subraya que la ley contra los feminicidios "ha servido para que aumenten las denuncias ?porque las mujeres pierden un poco el miedo?, pero no la penalización". Y tampoco ha conseguido frenar las agresiones. "La ley fue aprobada en marzo de 2008. Y en marzo de 2009, en lugar de bajar, aumentaron los crímenes".
Para Barrios, se trata de un fallo institucional. "La ley es una contribución al cambio cultural. No obstante, si el sistema de justicia no funciona bien, aunque haya ley, las cosas no van a cambiar mucho".
El llamado triángulo de la violencia [Guatemala, El Salvador y Honduras, según la descripción acuñada por Naciones Unidas, ya que tienen las tasas de feminicidios más altas de la región] ilustra un problema que va más allá de los conflictos armados, que acecharon en el pasado a El Salvador y Guatemala, y en los que la violación se usó como arma de guerra.
El primer puesto respecto al asesinato de mujeres, en los últimos años, lo solía ocupar Guatemala. "Ahora, Honduras tiene el primero, El Salvador el segundo, y Guatemala el tercero", afirma la defensora de los derechos de las mujeres. Y explica que esta situación se da no porque haya bajado la cifra en Guatemala, sino porque ha subido en Honduras.
"¿Qué tienen en común Guatemala y El Salvador? Las guerras internas. Honduras, no. Pero Honduras salta después del golpe de Estado. Es lo que cambia la situación allí. El problema tiene que ver con el papel del Estado y el debilitamiento de las estructuras estatales, algo que afecta a toda América Latina", añade la activista.
Es cierto que en el caso particular de Guatemala pesa también la herencia de una guerra fratricida de casi cuatro décadas, ?el acuerdo de paz se firmó en 1996?, que dejó más de 200.000 muertos o desaparecidos, sin que se haya juzgado jamás a los verdugos. "Hemos tenido 36 años de conflicto armado durante los cuales el aparato de Estado se usó para la represión. Toda la estructura estatal quedó en manos de gente que tenía esa mentalidad del enemigo interno, que así se llamaba a la gente que quería una Guatemala distinta. Eso no se desmontó con la firma de la paz. La estructura del Estado quedó como era, con las mismas personas de la guerra. Por eso, no piensan en la justicia", explica Barrios.
A ese clima de impunidad generalizada se une un cambio de perspectiva. Ahora, las mujeres encarnan al enemigo interno, sostiene la activista, "porque empezamos a salir a la calle, a trabajar, a ser autónomas, a tener ingresos propios, a reivindicar espacios públicos y cuotas de poder. A medida que hay más participación política y más mujeres buscando cargos públicos, hay más asesinatos. El mensaje social parece ser que la mujer que sale de casa corre más peligro que la que se queda encerrada, aunque esto sea un mito. Porque incluso los maridos que te golpean y pegan en las casas no te matan como te matan en la calle. Es una forma de terrorismo".

sábado, 3 de abril de 2010

Liberan a feminicida confeso en Juárez

Carlos Coria Rivas

Jueces penales absolvieron al hombre que había admitido ante el ministerio público haber asesinado a su esposa

CHIHUAHUA.-Tres jueces penales en Ciudad Juárez, absolvieron a un hombre que había confesado ante el ministerio público haber asesinado a su esposa e incluso en una audiencia pidió perdón a la madre de su mujer.

El hecho conmocionó a los habitantes de Chihuahua, quienes habían seguido paso a paso este juicio, y se indignaron cuando la juez Catalina Ochoa absolvió al homicida confeso.

Ante el hecho y bajo la sospecha que dentro del nuevo sistema de justicia penal que se aplica en Chihuahua hay inconsistencias graves que impiden la aplicación de la justicia, el Gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza ordenó una revisión exhaustiva al mismo, luego que tres jueces absolvieron a un feminicida confeso en Ciudad Juárez.

El pasado jueves, tres jueces en Ciudad Juárez, decidieron absolver de toda culpa a Sergio Rafael Barraza Bocanegra, homicida confeso de su pareja sentimental, Rubí Marisol Frayre Escobedo.

Abogado de profesión, el gobernador de Chihuahua consideró el hecho como una injusticia y declaró: “sé que el derecho tiene como fin último y supremo la justicia”.

Dijo tener la convicción plena de que en este caso se faltó a este principio esencial para tutelar los derechos de las víctimas, sus familiares y en general de los ciudadanos.

Ante ello el mandatario chihuahuense ordenó una investigación a fondo de los tres jueces que llevaron el caso así como de los agentes del ministerio público que presentaron las pruebas, para determinar donde estuvo el error o la falla que llevó a las calles a un feminicida confeso.

Reyes Baeza dijo que su decisión obedece al hecho de dar transparencia y certeza a la actuación de quienes intervinieron en este juicio, por lo que ordenó que el Ministerio Público Estatal impugne la sentencia en los términos previstos en la Ley , esto es, interponga el recurso de Casación, que se investigue el actuar de los jueces y del ministerio público.

Para ello solicitó al titular del Poder Judicial, Magistrado Rodolfo Acosta, ordene se realice una investigación interna en relación a la conducta asumida por los jueces integrantes de este tribunal, con el propósito de determinar si su decisión se apegó al principio de legalidad y al buen juicio en la valoración de las evidencias aportadas por el Ministerio Público, evidencias como la propia confesión del imputado, del inculpado y algunos otros elementos que formulaban prueba indiciaria muy importante.

Asimismo, ordenó a la Procuradora General de Justicia del Estado, Patricia González Rodríguez revise y valore si la actuación del Ministerio Público fue la correcta.

Asimismo, convocó a las Barras de Abogados de Ciudad Juárez, a la Comisión Estatal de Derechos Humanos y a las organizaciones defensoras de las derechos de las mujeres, a integrar una comisión junto con un representante de la Procuraduría de Justicia del Estado, de la Secretaría General de Gobierno y del Supremo Tribunal de Justicia, para que supervise las diligencias practicadas en este caso, a fin de dar certeza y trasparencia a los ciudadanos de que la investigación se hará apegada a derecho y en estricto apego a la justicia.

azc

"El feminicidio en Ciudad Juárez no sería posible si no se hubiesen instalado las multinacionales transfronterizas"

"kama gutier"
escritora y académica

Josebe Martínez -o Kama Gutier, seudónimo literario- apela a "la presión global ciudadana" para poner fin al silencio en la situación extrema de Ciudad Juárez. La investigadora estuvo ayer en la Muestra de Cine y Derechos Humanos de IPES, Golem y Amnistía Internacional
Josebe Martínez presentó ayer en Pamplona su novela "Ciudad final" sobre Ciudad Juárez.

pamplona. La académica y escritora navarra Josebe Martínez publicó en 2008, bajo el seudónimo de Kama Gutier -nombre que utiliza como autora y que da también a la protagonista de la historia-, la novela negra Ciudad final (Montesinos), sobre los crímenes de cientos de mujeres jóvenes en Ciudad Juárez. Martínez pasó años en la zona fronteriza entre México y EEUU, donde realizó una investigación que está en la base de la historia de su novela, en la que maneja datos reales y que protagoniza una criminóloga chicana y lesbiana nacida en el puente que separa Juárez de El Paso que, al sumergirse en la investigación de los crímenes en Juárez, "se da cuenta de que la realidad contiene unos elementos con los que no contaba".
¿Por qué ha elegido un género de ficción, la novela negra, para hablar de un tema tan crudamente real como los asesinatos en Ciudad Juárez?
Elegí el género negro porque me permitía enfrentar el genocidio de Ciudad Juárez y sacarlo a la luz sin que resultase un sermón o un ensayo al uso aburrido. La trama policiaca me daba una serie de pautas y herramientas con las que hacer un thriller, un intenso diario de terror que reprodujera fielmente lo que estaba sucediendo. Era el arma, se dispuso ante mí y me pareció la forma más respetuosa, más activa y más entretenida de afrontar el genocidio. Es otra forma de belleza, de buscar la verdad y de arriesgarse con ello.
¿La literatura de ficción se ha olvidado hoy del compromiso social?
Es mera palabrería, aburre. El nivel al que se está produciendo novela negra no es tan sofisticado ni tan riguroso como debiera. Crear una trama no es tan difícil, y los personajes que se manejan hoy aportan poco a la vida; a mí me gusta que la literatura aporte cosas a la vida.
¿Con qué se encontró cuando llegó a investigar a Ciudad Juárez?
Cuando yo llegué era tan temprano que básicamente se desconocía el tema, porque la cosa empezó en el 94-95, yo llegué en el 97... Alquilé un coche e iba filmando por los desiertos, a las maquiladoras, entrevistando a gente, a familiares de víctimas, a periodistas, a gente de Juárez con su trabajo y su coche todoterreno... y las visiones variaban bastante de uno a otro. Pero no había el ambiente que te podías encontrar a partir de 2005, cuando el asunto alcanzó dimensiones multinacionales. Todavía la gente no se explicaba lo que pasaba y además los de Juárez de toda la vida castigaban a las muertas, se decía que eran gentes venidas de cualquier parte de la República, unas chamacas pobres que iban por las noches a la discoteca a bailar, las relacionaban con la prostitución...
Casi dando a entender que ellas mismas se buscaban ese trágico final...
Exactamente, se las castigaba y se les sacaba del ámbito de lo que podía ser una ciudad que se suponía funcionaba a las mil maravillas en el aspecto de progreso industrial.
¿Tuvo alguna dificultad para acceder a los testimonios?
No mucha, primero porque como digo la cosa era muy reciente, la gente no quería hablar pero tampoco te sentías perseguida. Después ya el ambiente cambió, pero en estos primeros momentos de los que surge la novela la ley no era tan fuerte ni la denuncia había sido tan desmesurada que se creyesen ya perseguidos.
En su novela desmiente o desmonta la tesis oficial de los asesinatos en Ciudad Juárez, que básicamente reduce el feminicidio a la violencia doméstica y lo vincula a la prostitución. Usted aporta otros factores.
Sí, la criminóloga protagonista de la novela va allá precisamente invitada por las autoridades para que se vea que no pasa nada, y poco a poco se va enterando de todo el submundo que se teje bajo esta trama que se cree una causa doméstica sin mayor relevancia. ¿Cómo va a ser violencia doméstica cuando la víctima ni siquiera conoce al asesino? No es una forma de asesinato en serie, como se ha querido hacer creer, ni se explica sólo por cuestiones de narcotráfico, sino que tiene que ver con la raigambre sociopolítica y el tejido cultural de la frontera, con el fuerte condicionamiento social que supone ser el límite entre el Tercer y el Primer Mundo; y el Primer Mundo se extiende hasta donde Estados Unidos quiere... El feminicidio no se puede deslindar del lugar en que se comete: del sustrato económico, social, cultural; ni del tráfico, es decir el intercambio legal e ilegal de materias humanas, químicas, narcóticas y sociales que se da en este paso de Juárez a la ciudad de El Paso (Texas).
La industria, el dinero, el poder, la corrupción... todo uno.
Sí, en teoría el trabajo debe generar una sociedad civil, pero el teatro creado por el trabajo en Ciudad Juárez no genera sociedad civil, sino que la desintegra. Los feminicidios allí no serían posibles si no se hubiesen instalado las grandes multinacionales transfronterizas que quieren chicas jóvenes con cuerpos resistentes para aguantar las largas jornadas laborales y con manos chicas para que puedan manejar las piezas menudas de informática y telecomunicaciones. En Juárez hay unas 500 fábricas maquiladoras en las que trabajan miles y miles de muchachas jóvenes sin ninguna infraestructura social, económica o humana que las ampare. La novela evidencia cómo una sociedad política y civil y legal se nutre de toda la producción ilegal de lo que no está a la vista, de tal manera que puede ser cómplice.
Y esto no es exclusivo de Juárez...
No, ocurre en otras partes. Hay maquilas en Tijuana, en Guatemala, pero de Juárez se sabe porque está al norte y es rico, por eso se le da voz. Pero el feminicidio ocurre también en otros países del mundo.
El machismo también es un factor.
Muy grande, en una cultura donde la vida vale poco, pues la vida de una mujer ya no vale nada.
¿En qué situación se encuentra hoy el feminicidio en Ciudad Juárez?
El concepto que se ha instaurado es que los crímenes dan mal nombre a la ciudad, por eso el protocolo a seguir, y hay una orden expresa, no es que los crímenes no se investiguen, sino que las muertas no aparezcan. Las desapariciones continúan, pero pueden ser por muy diversos motivos según qué institución te dé las cifras. Hay luchas por la justicia como la de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, de madres y familiares de desparecidas y asesinadas, a la que se le ha recortado el presupuesto pero ahí continúa... Y el Gobierno mexicano fue juzgado en Chile por negligencia ante los 8 crímenes que se cometieron en Ciudad Juárez cuando yo estaba allí, en noviembre de 2001.
Después de todo lo visto y lo vivido, ¿cree en la justicia?
Pues creo que sí, y la justicia se debe hacer entre todos, por eso doy conferencias y presento la novela. La cosa es que se sepa y se tomen cartas en el asunto y termine el silencio. Cada vez más, Amnistía Internacional, la Corte Internacional de Derechos Humanos en Latinoamérica, etc, a todas las instancias están presionando. La ciudadanía es la que debe terminar con ello. Y la ciudadanía somos todos en este mundo global.
Además de sobre Juárez ha escrito mucho sobre memoria histórica.
Sí, un tema ahora tan en boga y en el que queda mucho por hacer. Es otra forma de desaparición, y desciendas de una familia de izquierdas o de derechas, creo que se debe buscar a los muertos y darles su puesto digno. Aquí en Navarra, con todo lo que sabemos que pasó con la guerra, debe pervivir la memoria histórica.